La foto de la portada



ES DE ANDREA SANDOVAL [@endreadanielas]
Odié esa foto al verla por vez primera.
Fue parte de una sesión fotográfica que me hiciera para publicarse en Digo.palabra.text [@digopalabratxt] que lleva adelante la siempre inquieta Oriette D’Angelo.

En un primer momento pedí que no se publicara. Pretendí que esa no era yo. Me espantaron las venas marcadas, la vejez y los riscos de esa mano. Esa mano aferrada a la madera para no temblar.

Con los días no solo me fui acostumbrando a la imagen, sino sintiéndola espejo. Aprendí mucho de ella, de lo que quise obviar y desatender.

Cuando se requirió una portada, no dude en esa imagen. Es un retrato. Estoy a hí, toda, con tiempos imprevisibles.Y hoy no hago si no agradecer a Andrea su paciencia, su generosidad al permitirnos usar su imagen.

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